Tu crema ya no es la crema de tu madre. Es la crema 3.0. Le añades los ingredientes que más te convienen. Su envoltorio te atrapa. Transmite valores. No provoca alergias. Y lo más importante: respeta el medioambiente. Te enamoras del producto.
Es la explosión del BRANDLOVE y de los consumidores Millenial. Es esa generación de la que tanto hablamos en Trendity que está marcando el mercado. Un 30 por ciento de la población. En 2027 será el 70 %. Las marcas, con sus productos, se han fijado en ellos y les traen la nueva cosmética.
Trendity descubre contigo lo último en belleza escandinava, desde Islandia a Noruega pasando por Rusia. Productos que abrazan la conciencia eco, lo artesano, la investigación biotecnológica, lo orgánico, libres de productos químicos y sintéticos, testados en “amigos y no en animales”, dándole mucha importancia al packaging. Cremas de calidad, formuladas para condiciones de viento y frío extremo en las que la piel y el cabello sufren más. Viajemos.
1.- Rusia. Sus productos llevan un año en nuestro país y están en lo más alto. Cremas con un 95 por ciento de ingredientes botánicos, formulas ancestrales venidas de la misma Siberia o activos del lago Baikal. Estas son sus apuestas que ponen de moda lo propio y que hasta ahora era muy complicado acceder a ellas. “Fórmulas de plantas criadas en temperaturas extremas por eso sus activos son tan potentes” según la marca Krous. Jabones exfoliantes naturales, cubitos de hielo efecto lifting o henna en crema para teñir pestañas o cejas. Otro día os hablaremos del esmaltado de uñas y el aumento del volumen de pestañas que desde Rusia está aterrizando en nuestro país. La revolución está ya aquí.
2.- La tendencia en alza desde Finlandia la trae la gente de Niki Newd. Una boutique artesana que sostiene que “nada supera a la frescura”. Producen a medida de forma mensual. Haces tu pedido. Ellos recogen los ingredientes naturales y al mes el paquete está en casa. Agua del Ártico, aceite de semilla de uva, cera de abejas locales, extracto de brote de enebro, aceites de fresas, arándanos y grosellas nórdicas. Supermood apuesta por lo holístico. “Tu piel será un fiasco a no se ser que te alimentes bien, duermas como un lirón y lleves una vida sana”. Te ofrecen hasta almohadas en su web.
3.- Pegados al Mar Báltico, los noruegos, deciden crear en 2005 RÅ Organic Skincare. Su propietaria sufría de intolerancia a los productos químicos y sintéticos, piel sensible con dermatitis atópica. Los valores éticos, son un ingrediente más para Bad Norwegian, firma masculina en su totalidad. Calidad, honestidad e integridad. Sus productos se testan en “amigos y no en animales”. Los aceites para la barba su última novedad.
4.- Siempre jóvenes con el Retinol 8. Verso Skincare. La empresa sueca con mayor éxito y reputación internacional saca esta fórmula revolucionaria: “ofrece resultados antienvejecimiento ocho veces más potentes que otros los con esta vitamina”. No contiene parabenos, sus aceites son minerales y es apta para pieles sensibles. En True Organic Of Sweden. sus ingredientes orgánicos se comprometen a proteger el planeta. El packaging se elabora a partir de energías renovables, y colaboran en la protección de las abejas y la WWF.
5.- Bioeffect trae desde Islandia el elixir de la juventud. Hace más de 10 años comenzaron a investigar el EGF, una proteína que acelera la producción de elastina y colágeno. Se obtiene a partir de semillas de cebada que se pueden cultivar en invernaderos con ceniza volcánica, regándolas con agua pura de manantial. Pueden usarse a partir de los 30 años.
6.- Los daneses apuestan por la RSC, lo unisex y el packaging desing. En Mirins sus productos derivan de la tradición del herbolario y la aromaterapia. Son artesanales, libres de conservantes, aditivos sintéticos y perfumes artificiales. Ingredién, originariamente una línea para el pelo que ahora ofrece cuidados para la piel, es orgánico y todos sus productos cuentan con la llamada Nordic Ecolabel. Su objetivo es la efectividad profesional sin sustancias negativas, que dejen el menor impacto medioambiental.